La trufa negra (nombre científico Tuber melanosporum), conocida también como trufa de Périgord, es muy apreciada en la gastronomía por su aroma y es de gran valor económico.
Se trata de un hongo que se encuentra bajo el suelo y que posee un aspecto exterior oscuro tirando a negro, de superficie verrugosa.
Hoy en día este hongo puede cultivarse en las denominadas truferas. En la zona de tierra Estella, debido al tipo de suelo se pueden encontrar trufas de manera natural en cualquier zona de encinos, chaparros o robledales.
Es habitual adiestrar perros o jabalíes para su búsqueda y en los últimos años han abundado las fincas de cultivo de este hongo.
Se dice que en las zonas donde se encuentra la hierba con apariencia de amarillenta o quemada son las zonas donde se puede encontrar trufa.
En estas zonas se encuentran también rastros de jabalíes salvajes, que escarban el suelo con sus hocicos a la búsqueda de la trufa.